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Reflexiones: 12 medidas para atender la crisis económica desde una perspectiva social demócrata. (IX propuesta)

Leiner Vargas lvargas@una.ac.cr | Viernes 25 diciembre, 2020

Eje 3. Reducción del gasto y mejora de la eficiencia y eficacia de este a futuro. Propuesta 9: Mejorar la gobernanza de la inversión en ciencia, tecnología e innovación.

Una de las grandes criticas que se han esbozado en la opinión pública costarricense en los últimos años es el financiamiento a la educación superior y el abuso existente en algunos d ellos convenios colectivos realizados en dichas entidades al amparo de la autonomía universitaria. He de dejar claro que mucho de las criticas realizadas desconocen el funcionamiento de la institucionalidad universitaria y de los pesos y contrapesos que la gestión de dichas instituciones tiene. Empero, hemos de reconocer que la gobernanza pública se ha complicado y que las universidades públicas no han estado a la altura de los tiempos para atender los desafíos de gestión y propiciar a través d ellos mecanismos internos, balances en su gestión académica y financiera que les garanticen la flexibilidad y sostenibilidad futura.

Es también claro que la articulación de la ciencia, la tecnología y la innovación en el país requiere de transformaciones sustantivas de la institucionalidad y es urgente corregir algunos de los obstáculos al buen desempeño de este tan importante sector. Ante lo anterior se hace necesario que se consolide un financiamiento a las universidades que tenga dos partes, la primera el FEES y su distribución interna a través del CONARE, con un sistema nacional de indicadores de gestión universitaria estándar y común, dejando de lado las asignaciones históricas y propiciando una mayor rendición de cuentas de los esquemas universitarios públicos. Este tema debe lograrse con entera autonomía de las universidades respecto a sus definiciones y orientaciones académicas. Sin embargo, respecto al financiamiento de la ciencia, la tecnología y la innovación, se requiere de:

Reducir paulatinamente las transferencias al FEES destinado al fondo común universitario y crear de forma alternativa, un fondo concursable para la ciencia, la tecnología y la innovación operado desde el CONICYT o la PROCYT como podría articularse. si cambiamos el modelo a un esquema tipo PROCOMER en ciencia y tecnología. Dicha agencia público-privada deberá gestionar este fondo en un mecanismo concursable para la inversión en ciencia, tecnología e innovación, dónde los concursos de aplicación tripartita entre el Estado, el Sector Privado y la Academia permitan generar direccionalidad y eficacia a las inversiones del sistema científico y tecnológico del país. Los proyectos podrían tener un ciclo de 4 a 5 años y recibir hasta en dos ocasiones financiamiento, lo que no necesariamente crearía derechos permanentes de asignación, lo que llevaría a una mayor competencia y efectividad en la gobernanza del sistema. A este sistema concursable se le pueden dar recursos adicionales asociados con fuentes como el FONATEL que necesariamente deberán cambiar su gobernanza y forma de administración, dado que no han sido para nada efectivas en estos años desde su creación.

Las universidades son actualmente nuestra gran fortaleza en materia científica y tecnológica, pero debemos apuntalar esquemas que permitan aprovechar mucho mejor los recursos humanos y técnicos, así como la infraestructura creada. Se hace necesario cambiar la gobernanza del sistema, no avasallando a la institucionalidad universitaria y su autonomía, sino propiciando esquemas de gestión de los recursos que muevan de forma más ágil a dicha institucionalidad hacía los intereses de la política pública, sobre todo en momentos en que la inversión en ciencia, tecnología e innovación son tan urgentes e importantes. El esquema de agencia o Promotora de Ciencia y Tecnología requiere de una nueva ley para el CONICYT, dándole no solo un cambio de nombre sino una nueva gobernanza institucional. El modelo tipo PROCOMER en Comercio Exterior es una buena alternativa, pero requiere de recursos y de una lógica distinta, dado que los modelos de articulación de la ciencia y la tecnología requieren de generar vínculos entre actores distintos en su naturaleza, los científicos, los empresarios y los gestores públicos. De este tipo de modelos existen muchos buenos ejemplos en Uruguay, Chile y México, entre otros países de los cuales podríamos aprender mucho para diseñar apropiadamente el tipo de agencia pública requerida.

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