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Miércoles, 15 de enero de 2025



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Gentrificación en Costa Rica: ¿El futuro del país o un riesgo para su identidad?

Natiuska Traña natiuskatp@gmail.com | Miércoles 15 enero, 2025


La gentrificación es un fenómeno urbano que ocurre cuando un área previamente considerada de clase baja o media se transforma a través de la llegada de nuevos residentes (locales o extranjeros) con mayor poder adquisitivo que, al aumentar su capacidad económica, buscan transformar áreas urbanas y costeras. Este proceso generalmente va acompañado de un aumento en los precios de la propiedad, en la infraestructura y en los servicios, lo que puede resultar en el desplazamiento de los residentes originales.

En Costa Rica, este fenómeno ha sido más evidente en áreas urbanas como San José, y en las zonas costeras más turísticas como Guanacaste, donde se están llevando a cabo grandes desarrollos inmobiliarios. Pero, ¿es la gentrificación una amenaza para nuestras comunidades o una oportunidad para revitalizarlas? La respuesta no es sencilla y depende de cómo manejemos este cambio.

Es fácil caer en el rechazo automático cuando hablamos de gentrificación. Las reacciones emocionales ante la llegada de nuevos residentes y desarrollos suelen ser negativas, especialmente cuando percibimos que la cultura local podría verse afectada. Sin embargo, esta visión simplificada no nos lleva a ningún lado. Decir simplemente "no" a quienes invierten en nuestras comunidades es cerrar las puertas a mejoras significativas. La gentrificación puede traer consigo muchos beneficios: nuevas infraestructuras, mejores servicios, más seguridad y un auge cultural. Las galerías de arte, los restaurantes, y los nuevos espacios públicos no solo enriquecen la vida urbana, sino que también generan empleo, dinamizan la economía local, y colocan a Costa Rica en el mapa internacional como un lugar atractivo para vivir e invertir.

En las playas de Guanacaste, por ejemplo, la llegada de nuevos desarrollos no solo está cambiando el paisaje, sino también el paradigma de cómo se percibe la región. Mejoras en las carreteras, nuevas opciones de transporte y una infraestructura pública más robusta son resultado directo de este proceso. No obstante, estos avances tienen un costo: los precios de los inmuebles se disparan, los habitantes originales enfrentan el desalojo y la identidad de las comunidades locales se pone en juego. El reto radica no en la llegada de nuevos residentes, sino en cómo podemos integrar este cambio sin perder lo que hace especial a nuestras comunidades.

En este contexto, no se trata de un "nosotros contra ellos", sino de entender que las dinámicas de gentrificación son complejas y deben abordarse desde un enfoque inclusivo y regulado.

En este sentido, el gobierno central y los gobiernos locales deben tomar un rol activo en la creación de un marco regulatorio que sea justo y equitativo, que promueva el crecimiento económico sin sacrificar la identidad cultural ni las necesidades de las comunidades originales. La falta de políticas claras, en cuanto a alquileres, uso de recursos naturales y desarrollo urbano sostenible, ha dejado a muchas comunidades vulnerables, lo cual es un desafío en un país que se enorgullece de su libertad y paz.

Costa Rica tiene una oportunidad única para ser un modelo de cómo gestionar la gentrificación de manera positiva. Podemos ser un ejemplo global de un país que sabe equilibrar el desarrollo económico con la conservación de sus raíces culturales y naturales. No debemos dejarnos atrapar por un discurso destructivo; debemos adoptar uno de colaboración, creatividad y adaptación.

La renovación urbana, concepto más positivo y menos cargado de polarización, no tiene por qué destruir lo que amamos de nuestras comunidades. Con regulaciones claras, políticas inclusivas y un esfuerzo conjunto entre todos los actores involucrados, podemos reinventar nuestros barrios y playas sin perder lo que los hace especiales. El momento de actuar es ahora. Costa Rica tiene el potencial de enfrentar estos desafíos con innovación y sabiduría, manteniendo siempre el bienestar de todos como su prioridad.

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