¿Es el estrés realmente el enemigo?
María Isabel Guzmán S. info@mindflowonline.com | Lunes 10 marzo, 2025

¿Alguna vez te has sentido estresado, tan sólo de pensar que estás estresado? Esto puede sonar redundante y tal vez hasta ridículo pero es la realidad. Le damos el estrés una connotación tan negativa que solo pensar o sentir alguna de sus señales en nuestro cuerpo dispara aún con más potencia esta respuesta natural.
El estrés puede definirse como una respuesta natural y adaptativa del organismo frente a situaciones percibidas como desafiantes o amenazantes. Este mecanismo fisiológico, que hace parte de nuestros instinto de supervivencia, moviliza recursos internos para afrontar situaciones que demandan mayor atención, concentración o esfuerzo.
Imagina por ejemplo que estás frente a una situación desafiante en el trabajo: puede ser un plazo de entrega muy apretado, la última revisión de resultados en la que no cumpliste la meta o un mal feedback de tu jefe. Qué es lo que ocurre en tu cuerpo? En términos generales es posible que experimentes algo como esto:
Tu corazón comienza a latir a un ritmo más acelerado, como si fuera el tambor de guerra anunciando una batalla inminente.
La respiración en congruencia comienza también a acelerarse, volviéndose superficial, como si cada inhalación y exhalación fueran insuficientes. Tus músculos, conscientes de su papel protagónico, adoptan una tensión inesperada, como si estuvieran preparándose para la lucha o una escena de acción.
Las palmas de tus manos, de repente, se vuelven sudorosas, mientras la boca, en cambio, se siente como un desierto, y las palabras que normalmente fluyen con facilidad ahora parecen atrapadas en no sé dónde. Una sensación de nerviosismo comienza a revolotear en tu estómago, creando una sinfonía de "mariposas".
El cuerpo se convierte en un narrador silencioso de una reacción de estrés. Esta narrativa fisiológica, aunque común a todos, es única en cada individuo, y nos habla de un proceso absolutamente natural, de la preparación del cuerpo para movilizar recursos para enfrentar un desafío y orientarnos a la acción, en ese caso terminar el informa en el tiempo necesario o replantear las tácticas para alcanzar esas metas de ventas.
Es por tanto muchas veces el estrés un aliado que nos moviliza para la consecución de los objetivos por lo que no podemos verlo únicamente como el enemigo sino también como un aliado. Lo anterior sin olvidar que el estrés crónico (ya no los episodios esporádicos) conlleva consecuencias significativas para la salud física y mental y no debe ser minimizado.
En esencia, el estrés no es inherentemente perjudicial; más bien, representa una herramienta evolutiva que impulsa la acción y la adaptación frente a los desafíos diarios.
En lugar de resistirlo, podemos aprender a comprenderlo y a navegarlo sanamente para construir resiliencia.